El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a abrir la puerta este martes a posibles conversaciones con Nicolás Maduro, en un momento marcado por el aumento de la presencia militar estadounidense en el Caribe y por la escalada retórica contra el régimen venezolano.
Tras una reunión en la Casa Blanca con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, Trump insistió en que el gobierno de Maduro es responsable directo del deterioro de la seguridad regional y de la crisis migratoria que afecta a Estados Unidos.
“Ellos vaciaron sus cárceles y los enviaron a Estados Unidos. Los estamos expulsando. Han estado enviando droga. Se salieron con la suya con otro presidente. Ahora tenemos las fronteras más seguras; en los últimos seis meses hay cero ingresos ilegales”, afirmó el mandatario al defender su política migratoria y sus recientes acciones de control fronterizo.
El lunes, Trump ya había adelantado que no descartaba un diálogo directo con Maduro, incluso mientras su administración evalúa distintos escenarios militares frente a Venezuela. “Él le ha hecho un daño tremendo a nuestro país”, aseguró, enfatizando que resulta “difícil” imaginar que Maduro pueda mantenerse en el poder por mucho más tiempo.
Las declaraciones llegan en medio de tensiones crecientes, con Washington analizando opciones diplomáticas, legales y estratégicas para aumentar la presión sobre Caracas, al tiempo que fortalece su presencia militar en la región como parte de sus operaciones contra el crimen transnacional.