La aviación militar bolivariana incrementó este fin de semana sus operaciones en la costa venezolana, apenas un día después de que el expresidente estadounidense Donald Trump afirmara que el espacio aéreo de Venezuela debía considerarse “cerrado”. La respuesta del régimen de Nicolás Maduro se tradujo en una mayor actividad de aeronaves en zonas estratégicas del litoral.
Como parte de una aparente demostración de fuerza, el Gobierno venezolano desplegó varios cazas F-16 durante la Expo Aeronáutica Industrial Venezuela 2025, realizada en la base aérea El Libertador, en el estado Aragua. El evento contó con la participación de más de 60 empresas del sector aeroespacial, según reportaron medios locales.
Pese a la exhibición, especialistas en defensa advierten que las capacidades de la Fuerza Aérea venezolana siguen siendo muy limitadas. Señalan que la falta de repuestos, el escaso mantenimiento, los problemas de combustible y la reducida operatividad afectan gravemente el desempeño de su flota, incluidos los propios F-16 que el Gobierno intenta mostrar como símbolo de poder.
La escalada de sobrevuelos se produce en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas y coincide con la necesidad del chavismo de proyectar control interno y capacidad disuasiva, aun cuando su infraestructura militar enfrenta un deterioro sostenido.