Un informe elaborado por la Fundación Andi y la Fundación Santo Domingo reveló que el 75% de los 2,8 millones de migrantes venezolanos en Colombia está empleado en condiciones de informalidad, una cifra que, aunque preocupante, contrasta con las altas tasas de ocupación (66,4%) y participación laboral (73,8%) que incluso superan el promedio nacional.
El estudio advierte que los migrantes venezolanos enfrentan una precariedad laboral significativamente mayor que la población colombiana. Entre los ocupados, el 75,9% trabaja en la informalidad, un porcentaje 21 puntos superior al promedio de los trabajadores locales.
Según el reporte, al que tuvo acceso El Tiempo, las principales barreras para acceder a empleos formales están relacionadas con la falta de documentación y procesos de regularización. El 59,2% de los migrantes reportó dificultades para obtener permisos de trabajo y el 29,4% para tramitar documentos de identidad. A esto se suma que el reconocimiento de competencias profesionales puede tardar entre 60 y 180 días y conlleva costos elevados.
El informe también señala que uno de cada tres migrantes venezolanos sufre discriminación al buscar empleo, lo que agrava aún más sus posibilidades de acceder al mercado laboral formal.
Las organizaciones responsables del estudio llamaron a fortalecer las políticas de integración laboral, simplificar los trámites de regularización y promover programas que permitan el reconocimiento ágil y económico de competencias para reducir la brecha de informalidad entre la población migrante.