Cientos de migrantes, principalmente venezolanos, llegaron a la frontera de La Concordia, entre Perú y Chile, tras el anuncio del candidato presidencial chileno José Antonio Kast, quien aseguró que, si gana las elecciones del 14 de diciembre, ejecutará una expulsión masiva de personas en situación irregular en un plazo máximo de 111 días.
El temor a ser deportados provocó que muchos migrantes abandonaran Chile de forma voluntaria, intentando ingresar a Perú o regresar a sus países de origen. Reportes locales señalan que entre 400 y 500 personas se desplazaron hacia las zonas de Yarada Los Palos y La Concordia, cargando maletas, bolsas y, en algunos casos, solo con lo indispensable.
Varias familias explicaron que no lograron regularizarse por los complejos requisitos administrativos que impone el sistema chileno, mientras que otros migrantes afirmaron que partieron por miedo a ser separados de sus hijos. Medios internacionales documentaron testimonios de personas que planean llegar a Tacna incluso sin la documentación necesaria.
Desde Arica, Kast volvió a endurecer su discurso: quienes salgan de Chile de manera voluntaria podrán llevar consigo sus pertenencias; quienes permanezcan tras el plazo, aseguró, serán detenidos y expulsados “solo con lo puesto”. Entre sus propuestas figura el plan “Escudo Fronterizo”, que contempla militarizar pasos fronterizos, cerrar rutas no habilitadas y tipificar la migración irregular como delito.
La tensión en la zona fronteriza continúa en aumento mientras autoridades migratorias peruanas evalúan cómo gestionar el flujo repentino de personas.