El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel lanzó este fin de semana una severa advertencia al sector privado del país, al anunciar que su Gobierno adoptará medidas contra los emprendedores que no se “ajusten” a los planes oficiales de consumo eléctrico. La declaración se produce en un contexto de apagones diarios que afectan a toda la isla y que han generado un creciente malestar social.
Según indicó, se llevarán a cabo inspecciones en los negocios privados para verificar si superan los límites establecidos por el Estado. “Si se están pasando del plan”, afirmó Díaz-Canel, se adoptarán acciones correctivas, sin precisar cuáles podrían ser esas sanciones.
El anuncio ha despertado preocupación entre los trabajadores por cuenta propia y pequeños empresarios, quienes dependen de la electricidad para sostener sus operaciones en un entorno económico ya golpeado por la inflación, la escasez de insumos y las restricciones regulatorias.
En redes sociales y entre ciudadanos, muchos interpretan esta ofensiva como una nueva forma de control estatal sobre el emergente sector privado, más que como una respuesta efectiva a la grave crisis energética. La isla acumula meses de cortes prolongados, falta de combustible y colapsos recurrentes en su sistema de generación.
La medida amenaza con agravar la ya delicada situación económica del país y añade presión sobre un sector emprendedor que, pese a las limitaciones, se ha convertido en un pilar para el abastecimiento y los servicios en Cuba.