Un inusual y delicado incidente diplomático sacudió el Aeropuerto de Barajas, en Madrid, cuando al avión presidencial colombiano (FAC 0001) se le negó el suministro de combustible durante una escala técnica rumbo a Medio Oriente. El hecho, revelado por el periodista Julio Sánchez Cristo, generó sorpresa en las delegaciones internacionales y obligó a las autoridades colombianas a gestionar de emergencia una solución alternativa.
La negativa estaría directamente relacionada con la reciente inclusión del presidente Gustavo Petro en la Lista OFAC, una base de datos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos que sanciona a individuos y entidades vinculadas con actividades ilícitas o contrarias a los intereses estadounidenses. La designación habría tenido un impacto inmediato, bloqueando no solo activos financieros, sino también cualquier operación o servicio asociado con empresas sujetas a la jurisdicción de Washington.
Fuentes diplomáticas indicaron que las empresas proveedoras de combustible en Barajas, la mayoría con participación de capital estadounidense, se rehusaron a abastecer el avión por temor a violar las regulaciones de la OFAC. El incidente deja en evidencia la profundidad y alcance de las sanciones internacionales, y plantea un nuevo foco de tensión en las relaciones entre Colombia, Estados Unidos y la Unión Europea.