Una nueva tragedia enluta a Cuba y golpea profundamente a la comunidad de Niquero, en Granma, donde al menos 16 jóvenes desaparecieron en el mar Caribe mientras intentaban escapar de la miseria que deja el régimen comunista.
Según reportes locales y del periodista Yosmany Mayeta, las víctimas zarparon en precarias embarcaciones desde Palma de la Cruz con rumbo a Jamaica. La tragedia se desencadenó cuando un frente frío provocó el volcamiento de una de las chalanas, confirmando la muerte de varios jóvenes. Hasta ahora, entre 8 y 9 cuerpos han sido recuperados, mientras otros, como Jonny Ramos Tamayo, permanecen desaparecidos, según verificó La Tijera News.
Los familiares denuncian que la dictadura cubana ha respondido con silencio y negligencia, enviando tropas guardafronteras para investigar la “salida ilegal” en lugar de ofrecer asistencia a los damnificados. “Al régimen le preocupa más controlar las posibles protestas que salvar vidas”, afirmó un padre devastado.
La tragedia refleja la cruda realidad que enfrentan los jóvenes cubanos: hambre, desempleo, falta de medicinas y ausencia de futuro, factores que los empujan a arriesgarlo todo en el mar con la esperanza de encontrar libertad y ayudar a sus familias.
Este lamentable suceso es parte de un patrón histórico: durante más de seis décadas, el mar Caribe se ha convertido en la tumba de cubanos que prefieren enfrentar las olas a la opresión del régimen, dejando un legado de dolor y desesperación que sigue marcando a generaciones enteras.
La comunidad internacional sigue pendiente de las operaciones de búsqueda y rescate, mientras en Cuba, los familiares exigen justicia y respuestas inmediatas ante otra tragedia que vuelve a poner de manifiesto el costo humano del comunismo en la isla.