La situación entre los gobiernos de Donald Trump y Nicolás Maduro atraviesa uno de sus momentos más críticos, según evaluaciones de analistas y fuentes diplomáticas consultadas en las últimas horas. La presencia del portaaviones USS Gerald R. Ford —el más grande y avanzado del mundo— frente a las costas venezolanas ha sido interpretada como un mensaje inequívoco de presión militar por parte de Estados Unidos.
De acuerdo con estas fuentes, el despliegue naval, acompañado por miles de marines en fase de preparación operativa, habría dejado claro que el escenario ya no se limita a advertencias, sino a una escalada calculada mientras avanza el cronograma de sanciones y medidas contra el régimen venezolano.
Informes no oficiales señalan que servicios de inteligencia extranjeros estarían operando dentro del territorio venezolano, un factor que incrementa la tensión interna y refleja el creciente aislamiento del gobierno de Maduro. De acuerdo con versiones recogidas por medios internacionales, el mandatario habría intentado realizar concesiones y distanciarse de aliados internos, aunque sin lograr reducir la presión externa.
El 24 de noviembre se mantiene como una fecha clave: ese día entrará en vigor la designación del Cártel de los Soles como Organización Terrorista Extranjera (FTO) por parte del Departamento de Estado de Estados Unidos. De acuerdo con expertos en seguridad, esta clasificación abre un marco legal para acciones más severas contra los responsables de la organización, incluyendo mecanismos judiciales y operativos de mayor alcance.
En este contexto, analistas sostienen que la última semana previa a la designación no representa una ventana de negociación política usual, sino un período de presión máxima que podría definir el futuro inmediato del gobierno venezolano. Señalan que cada día que pasa aumenta el aislamiento internacional de Maduro y disminuye su margen de maniobra diplomática.