El Ejército de Colombia ejecutó una operación aérea y terrestre que dejó 19 combatientes muertos, entre ellos tres cabecillas del Estado Mayor Central (EMC), una de las principales estructuras disidentes de las FARC, según confirmaron fuentes oficiales.
El operativo, desarrollado en zonas selváticas del departamento de Guaviare, fue ordenado directamente por el presidente Gustavo Petro, tras anunciar la ruptura definitiva del diálogo de paz con alias “Iván Mordisco”, líder del EMC. La acción militar marca un giro contundente en la estrategia de seguridad del Gobierno, que había mantenido un enfoque de negociación con varios grupos armados.
De acuerdo con información del Ministerio de Defensa colombiano, los bombardeos fueron dirigidos contra campamentos donde operaban unidades responsables de narcotráfico, secuestros y ataques contra la fuerza pública. En el lugar se incautaron armas de alto calibre, material explosivo y equipos de comunicación.
Fuentes militares señalaron que los tres jefes abatidos pertenecían al círculo cercano de Iván Mordisco y coordinaban corredores de tráfico de cocaína hacia Venezuela y Brasil.
Este golpe representa uno de los mayores reveses para las disidencias de las FARC desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016, y podría redefinir el equilibrio de poder entre los distintos grupos armados que operan en el sur del país.